No sé tu nombre
ni el nombre que el amor tuvo en tus labios,
no conozco los sueños que te ataron
a la vida,
ni el tiempo que robaste
al tiempo de la muerte.
Y, sin embargo, nunca olvidaré
que un viaje imprevisto
y unos pasos sin rumbo
me han traído en secreto a nuestra cita,
que esperabas impaciente mi llegada,
que he llorado por mí sobre tu tumba.
-Javier Almuzara-
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