jueves, 23 de agosto de 2018

Ana y el cartujo I



Entre dos mundos diferentes el silencio manda. Más cuando alguien es como ella de obstinada nunca deja de intentar atravesar la frontera. Como pasaporte, la palabra.
A punto de salir de casa, Ana le mostró la imagen y le preguntó, “¿a qué te recuerda?” (los milagros también existen), con suma apatía y desgana, apenas ojeada la fotografía, el cartujo tan sólo pronunció una palabra: Histología. Y se fue.
Al principio, ella no pudo evitar una tímida sonrisa; se sentía como un viejo guerrero que hubiese llegado  con  su maltrecho escudo sobre el hombro, cansado, pero exultante, tras una larga batalla. “Claro, del griego, el estudio de los tejidos”.
Ahora  ya reía abiertamente casi a carcajadas. Le diese las vueltas que quisiera darle, siempre llegaba al mismo principio. Γνωθι σεαυτόν!



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