sábado, 25 de agosto de 2018

En la callada noche de los tiempos




Buitres sin compasión azotan la noche de los sueños mientras los inocentes corderos dormitan  bajo la quietud de las estrellas. Ajenos al peligro, indefensos ante las  crueles garras, víctimas silenciosas de un sacrificio infame destinado a saciar la maldad de miserables  querubines, despreciables servidores de  Balberoth.
¿Acaso podrán ser redimidos  los mansos caloyos por la vigorosa  cizalla de un misericordioso demiurgo?


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